domingo, septiembre 04, 2005

Hace mucho que no escribo.
Así que la abstinencia me pedía a susurros que lo intente otra vez. Y acá estoy.
Pero antes que nada:

(...) En aquel momento, Siddharta dejó de luchar contra el destino, terminó el sufrir. En su cara se dibujaba la serenidad que da la sabiduríam a la que ya no se opone ninguna voluntad, la que conoce toda la perfección, la que está de acuerdo con el río de los sucesos, con la corriente de la vida, lleno de igualdad de sentimientos, entregado a la corriente, perteneciente a la unidad.
(...)

(...) -¿Te encuentras tú entre los que buscan, venerable? Mas, ¿no tienes ya muchos años y llevas el hábito de los monjes de Gotama?
-Aunque soy viejo -repuso Govinda-, no he dejado de buscar. Jamás dejaré de hacerlo: ése parece ser mi destino. Y creo que tú también has buscado. ¿Quieres darme un consejo, venerable?
Siddharta declaró:
-¿Qué podría decirte, venerable? Quizá que has buscado demasiado. Que de tanto buscar, no tiene ocasión para encontrar.
-¿Cómo es eso? -pregunto Govinda.
-Cuando alguien busca -continuó Siddharta-, fácilmente puede ocurrir que su ojo sólo se fije en lo que busca; pero como no lo halla, tampoco deja entrar en su ser otra cosa, ya que únicamente piensa en lo que busca, tiene un fin y está obsesionado con esa meta. Buscar significa tener un objetivo. Encontrar, sin embargo, significa estar libre, abierto, no necesitar ningún fin. Tú venerable, quizá eres realmente uno que busca, pues persiguiendo tu objetivo, no ves muchas cosas que están a la vista. (...)

Estas son unas de las partes que mas me gustan del libro...



Qué feo es pasar el fin de semana acostada!

Bueno, no estoy muy inspirada, lo agoté todo con el cuento.

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