martes, octubre 11, 2005

Creo que soy la persona menos orgullosa del mundo.
Pero hay una excepción...que para mí es una derivada.
Y es que no puedo contar mis cosas. Ni las buenas ni las malas. Y por qué?
Porque siento que nadie le da el valor que yo le doy. Para bien o para mal. Entonces prefiero guardármelas para mí. Y dirán que es por no confiar en los demás, y no. Es simplemente porque nadie está en mis zapatos, nadie pone las expectativas, ni los sentimientos que pongo yo en las cosas. Es una cuestión de empatía, de la cual por suerte me tocó mucha... y como no hay mucha gente así...me meto en charlas profundas (o no) conmigo misma, que me hacen bien, pero al fin y al cabo no es lo mismo que una buena catarsis con alguien mas.
Eso no significa que no tenga un nivel de comunicacion muy bueno con mis amigas, solo que no me gusta sacar temas y contar cosas de la nada, salvo que salga el tema. Es una cuestion que tengo que arreglar con Ornella. Y con nadie más.

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