sábado, julio 14, 2007

tan sola entre la gente, me asusta. una soledad impenetrable, una soledad incompartible. si tan sólo se acercaran un rato -naturalmente no los dejaría ahondar en mí, pero- sentirían el frío y la aridez de este desierto. un desierto de nada. totalmente vacío, y yo en el medio. me muevo a un costado y sigue. me aparto al fondo, y es lo vacuo contemplado desde el todo. me acuesto para pasar más desapercibida entre la multitud de ausencias y me encuentro aplastada. un sentimiento de abandono y dos manos. un interrogante desde el fondo de mí, desde los pies, arrasa y cuestiona: para qué tantos seres queriendo rodearme? si es un desierto! por qué insisten en acercarse, si su acercamiento es inversamente proporcional al contacto? y no lo entienden: es un desierto! se supone que debería estar sola, en cuerpo y espíritu. déjenme sola, ya lo estoy.

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