voy sintiendo los últimos latidos, pulsaciones
de esto que se acaba, y termina, y van...
sin embargo sigo acá, como ayer, como siempre, ¿no es extraño? me di por vencida siempre antes de empezar, casi asimilándolo a un acto heroico, virtuoso, y hoy me encuentro dando los últimos pasos al frente, sabiendo que voy irremediablemente a la derrota, pero no me entrego, no; no me rindo, no; no cedo, no.
siento el final que se acerca, nunca sospeché que los finales también tuvieran su olor, y éste está tan perceptible que casi no lo huelo, o eso querría.
puedo contar cómo es lo que se apaga, lo que se enciende, lo que titila, lo que es tratar de prender un mundo con dos palitos, cómo hacer el intento de dar con fuego mediante papel de diario, y conservarlo, y cómo se apaga,
y ahora quedan brasas que sin otro destino, se consumen